El caso de una anciana con síndrome de Diógenes encontrada muerta en su domicilio, será el punto de partida del capítulo. Además, el equipo de científicos investigará el asesinato del jardinero de un prestigioso club. Conde y Damián se harán cargo de este caso en el que, una vez más, no todo es lo que parece. Por último, Ventura y Ana encontrarán una prueba irrefutable contra Cuevas. Sin embargo, un inesperado giro convertirá de nuevo al jefe de la Unidad en la víctima de su amigo.
El caso de un hombre encontrado en el campo tras ser víctima de una supuesta abducción extraterrestre, será el punto de partida del capítulo. Por su parte, Conde y Damián investigarán al asesinato de una profesora a raíz de una brutal paliza. Los avances en la investigación harán llegar a los policías hasta un instituto, donde se pondrán de manifiesto los límites de la crueldad adolescente. Por último, las sospechas de Ventura sobre la posibilidad de que Cuevas sea el asesino de las bombas siguen aumentando. Entre la espada y la pared, Ventura trazará un arriesgado plan para averiguar la verdad.
La investigación del asesinato de un hombre en estado de coma irreversible a cuchilladas en un hospital, centra la atención del equipo. Además, los policías investigarán el asesinato de una prostituta cuya muerte ha sido camuflada como un caso de suicidio. Por último, Ventura logra localizar al testigo del último ataque con bombas, que comienza a hacer un retrato robot del asesino. Antes de que el testigo descubra su cara, Cuevas se verá obligado a volver a actuar.
La investigación del asesinato de una mujer miembro de una banda de piratas informáticos obligará a Ana, antigua amiga de la víctima, a infiltrarse en la organización y enfrentarse a su pasado. Además, Conde y Damián se embarcarán en la resolución de un misterioso caso: el descubrimiento de un esqueleto emparedado entre los muros de un teatro. Por último y continuando con su siniestra lista, Cuevas hace saltar por los aires a una nueva víctima aunque, en esta ocasión, no ha contado con la presencia de un inoportuno testigo que se convertirá en una gran amenaza para seguir llevando a cabo sus planes.
El cadáver de César Cano, un importante magnate de la prensa rosa, aparece en la piscina de su lujosa mansión. El resultado de los interrogatorios realizados a su familia lleva a los agentes a pensar que su muerte fue debida a un accidente en estado de embriaguez. Sin embargo, los indicios encontrados en la escena del crimen perfilan una nueva hipótesis. Por otro lado, una mujer aparece apuñalada en su domicilio. El esposo de la víctima resulta ser Bernardo, el ex-marido de Claudia. Aunque parece un robo, la forense considerará la posibilidad de que su “ex” sea el culpable. Por último, Abdoul, el sospechoso de la muerte del Padre Fuensanta, ha aparecido muerto como consecuencia de una explosión, un acontecimiento que supone una nueva complicación en el caso que hace pensar que se trata de una serie de asesinatos por cuestiones religiosas.
Una joven aparece muerta con gran violencia y sin más pista que una flor en la boca. Con la aparición de otra mujer asesinada de una manera similar, se confirman los peores temores: se trata de un asesino en serie con el que se enfrentará Ana, recién llegada al equipo. Pese a la categórica prohibición de Ventura, la agente consigue contactar con el asesino para tenderle un cebo y apresarle. Por otro lado, un sacerdote muere en extrañas circunstancias. El equipo averigua que la víctima estaba sustituyendo a otro religioso sospechoso de abusos a menores. Tras este descubrimiento, los padres de los niños se convierten en sospechosos. La investigación acaba abruptamente para Cuevas cuando es relegado de la jefatura del equipo porque padece un principio de esclerosis.